Aún faltan casi tres años para lo que será el Mundial de fútbol 2026 que se celebrará en Canadá, Estados Unidos y México pero ya las Eliminatorias para clasificar a la cita están en pie y en el caso particular de Conmebol será un largo camino para disfrutar de un torneo que promete regalar al aficionado una de las competiciones más parejas de todo el Globo. 

Con diez equipos luchando por siete puestos disponibles para el Mundial de 2026 (seis directos y un repechaje), cada partido se convierte en una batalla épica. Tradicionalmente, equipos como Brasil y Argentina han dominado la región, pero la paridad que han demostrado los otros ocho equipos sudamericanos en los últimos años demuestran que será una batalla que solo tendrá fin el 14 de septiembre de 2025, cuando se dispute la última jornada. 

Las Eliminatorias Sudamericanas son conocidas por ser extremadamente competitivas. Equipos como Brasil y Argentina suelen ser los favoritos, pero la lucha por los puestos restantes es intensa. Aunque hay 10 selecciones sudamericanas pertenecientes a Conmebol que están comprometidas con la búsqueda del ansiado cupo, solo existe una de ellas que no ha podido clasificar a una Copa del Mundo: Venezuela. 

La Vinotinto participa desde 1966 en las Eliminatorias Sudamericanas pero aunque ha recorrido un largo camino desde sus días de ser considerada la «cenicienta» del fútbol sudamericano, ha luchado por obtener buenos resultados y en los últimos años ha demostrado un progreso constante. Una de las gestas más notables fue su destacada actuación en la Copa América 2011, donde llegaron a las semifinales perdiendo en penales ante Paraguay. 

Venezuela ha tenido su cuota de altibajos en este proceso clasificatorio de los últimos años, logrando victorias impresionantes en casa y como visitantes. Sin embargo, problemas extradeportivos, lesiones de jugadores, detalles logísticos y más, han hecho imposible que el himno del país caribeño suene en una Copa del Mundo. 

La Vinotinto, un contraste entre talento joven y recambio generacional que pide titularidad

Parte de las esperanzas de la Selección Nacional radica en conformar una plantilla que aunque no es limitada depende de ciertas piezas claves, siendo responsabilidad de Fernando “Bocha” Batista administrar y dirigir de la manera adecuada para que Venezuela pueda conseguir el cupo hacia el Mundial 2026. 

Nombres como Salomón Rondón, Tomás Rincón o Roberto Rosales intentarán seguir aportando su experiencia combinándola con la juventud de otros como Jon Aramburu, Yangel Herrera, Alejandro Marqués o David Martínez. Sin embargo, con el largo camino por recorrer será fundamental que exista el recambio generacional para que la selección asegure sus opciones de llegar a la máxima competición de selecciones en el mundo. 

Uno de los factores clave detrás de la mejora de Venezuela en el fútbol ha sido el surgimiento de talento joven. Jugadores como Yangel Herrera, Salomón Rondón y Darwin Machís han demostrado su valía en clubes europeos de renombre y en la selección nacional. Este talento joven se ha convertido en el motor de la Vinotinto y en un motivo de esperanza para los aficionados.

Además, el desarrollo de infraestructuras deportivas y la inversión en programas de desarrollo de jóvenes han impulsado el crecimiento del fútbol en el país. Los clubes venezolanos han mejorado sus instalaciones de entrenamiento, lo que permite un desarrollo más sólido de futuros talentos.

Las Eliminatorias Sudamericanas hacia el Mundial 2026 prometen emociones y desafíos en abundancia. Para Venezuela, la clasificación a la Copa del Mundo sería un logro histórico y un motivo de orgullo nacional y aunque en una competencia de tan alto nivel es necesario sacar “la calculadora”, la combinación de resultados adecuados junto a un buen estilo de juego podría darle a La Vinotinto la posibilidad de escuchar por primera vez el himno nacional en una Copa del Mundo de mayores.